La vida apesta. Todo cuesta un huevo, todo sale peor de lo que pensamos, más caro de lo que imaginamos, es más pequeño de lo que lo deseamos. Apesta. No es culpa de que salgas poco. Ni mucho. Ni de tu frustrante trabajo. Ni de tus adicciones, sean las que sean. Es el equilibrio del mundo: todo tiende a empeorar. Y sobre todo apesta este blog. Blog de mal gusto y mala sintaxis. La democracia de Internet… realmente apesta.